La selección de un vino a la hora de degustar cualquier comida es de vital importancia para que haya entre ambos armonía a nivel de sabor, textura y aromas. Hay que tener en cuenta que el vino nunca puede ocultar el sabor de la comida ni la comida ser excesivamente fuerte como para esconder los matices del vino, deben complementarse como en una buena relación de pareja. En general, existe el tópico de que los vinos tintos maridan con las carnes y los blancos con el pescado, sin embargo, no siempre tiene porqué cumplirse esta ecuación ya que depende en gran medida de la elaboración del plato y en última instancia de cada uno de nosotros, de nuestros gustos y como dice el dicho “para gustos, los colores“.
No obstante, aunque la elección de un vino resulte compleja, existen ciertas recomendaciones en base a las características del vino y del plato para que haya un buenfeeling.
Se trata de un vino con un aroma inconfundible que deja en tu paladar un sabor afrutado y voluptuoso muy característico.
Podemos encontrar dos variantes del vino moscatel, dulce y seco.
El vino moscatel dulce es considerado un vino ideal para una apertura de contrastes con aperitivos como el foie y los quesos fuertes o como sorprendente final de fiesta con todo tipo de postres dulces como tartas de fruta, bizcochos, puddings, hojaldres, etc.
Por su parte, el vino moscatel seco es el acompañante perfecto para platos de pescados y mariscos.
Otra compañera que hace buenas migas con este moscatel es la cocina oriental poco especiada.
Para esta combinación podemos encontrar vinos como Botani Blanco Seco, Mountain 2012 o El Lagar de Cabrera.
Esperamos que a través de esta entrada hayas conocido un poco más sobre el maridaje y el vino moscatel, un vino versátil ideal en estas fechas para servirlo bien frío y acompañando aperitivos, platos y/o postres según la ocasión.