Los calamares son una rica fuente de ácidos grasos omega-3, conocidos por reducir el riesgo de desarrollar ritmos cardíacos irregulares.
Asimismo, bajan los niveles de triglicéridos, mejoran la salud cardiovascular y reducen el riesgo de otras enfermedades relacionadas con el corazón.
Con una gran cantidad de nutrientes esenciales en su haber, este alimento de la naturaleza ofrece vitaminas como la B12, la C, zinc y minerales, bajo la presencia de selenio y fósforo.
Se trata de nutrientes que desempeñan un papel crucial en la función del sistema inmunológico, la salud ósea, la producción de glóbulos rojos y la prevención de deficiencias nutricionales.
Gracias a la presencia de vitamina A, se convierten en un aliado poderoso para la salud ocular.
Colaboran en mantener una visión adecuada, prevenir problemas oculares y mantienen la salud de la córnea a lo largo del tiempo.
Especialmente por poseer zinc y vitamina C, se destacan favorablemente para la salud de la piel y el cabello.
El zinc contribuye a la producción de colágeno, ayudando a mantener la elasticidad de la piel, mientras que la vitamina C es crucial para la formación de colágeno y la protección contra el daño causado por los radicales libres.
Con una gran calidad de grasas buenas, se trata de un alimento que proporciona entre 15 y 20 gramos de proteínas.
Por ese motivo, se trata de un componente importante para aquellos que buscan aumentar la ingesta de macromoléculas formadas por cadenas lineales de aminoácidos.
Vale destacar que también son importantes para el desarrollo y reparación de tejidos, el fortalecimiento de los músculos y el mantenimiento de una buena salud en general.
Si te encontrás en el proceso de perder peso, los calamares son una elección ideal para consumirlos.
En comparación con otras fuentes de proteínas, ya sea las carnes rojas o los lácteos, contienen menos calorías y grasas.
Esto los convierte en una opción inteligente para aquellos que desean mantener un peso saludable o están siguiendo un plan de alimentación bajo en calorías.
Se pueden preparar de diversas maneras: en parrilla, a la plancha, fritos o al horno, y su grato sabor se vuelve versátil en una gran variedad de recetas culinarias.
Ya sea por su impresionante contenido proteico, o su riqueza en nutrientes esenciales, son un ejemplo de cómo se puede comer rico y saludable, por lo que son sumamente agradables a la hora de sumarlos a las comidas y aprovechar sus beneficios al máximo.