Para lograr que recuperen el calor y la textura original, es fundamental seguir estos cuatro trucos que aplican a todos los sabores de empanadas.
En primer lugar, una técnica que no falla es usar el horno.
Para esto hay que precalentar el horno a 180°C y calentar las empanadas en una asadera, bien separadas entre sí, durante aproximadamente 10 minutos.
De esta forma, se pueden recalentar sin problema tanto las empanadas horneadas como las fritas y quedan igual de crocantes como cuando se cocinaron por primera vez.
Con la freidora de aire el procedimiento es similar pero requiere menos tiempo: las empanadas se deben calentar a 180°C durante unos 7 minutos.
Marisol Gutiérrez, la gurú del microondas, comparte trucos para recalentarlas en este electrodoméstico y que no queden ni blandas ni gomosas.
“Para que eso no suceda, recomiendo introducir en el microondas un vaso de agua junto al plato que se va a utilizar para recalentar la comida.
En tan solo 30 segundos el alimento debería estar crujiente.
Otro tip es colocar una servilleta de papel por debajo de la porción, de esta manera el papel absorbe la humedad de la masa”, dice.
Por otro lado, recalentar las empanadas en una sartén es otra de las alternativas.
En este caso, se aconseja recalentarlas a fuego mínimo, sin aceite y girar las empanadas cada pocos minutos hasta que estén bien calientes.
Un dato de suma importancia es que no hay que tapar las empanadas al momento de recalentarlas ya que de esta manera se evita que los vapores ablanden la masa.