Argentina, con su clima propicio y sus extensas plantaciones, se destaca en la producción de ajo a nivel latinoamericano superando a Perú y México.
El ajo figura como uno de los ingredientes más importantes dentro de la cocina Latinoamericana debido a su gran aporte en sabor para los platillo.
China es el principal productor y exportador de ajo a nivel mundial.
Según la Agencia de Inteligencia Agroalimentaria, aproximadamente el 80% del ajo consumido en el mundo proviene de este país.
La región de Castilla-La Mancha es la principal zona productora de ajo en España y exporta principalmente a países europeos como Francia, Alemania y Reino Unido.
En primer lugar, Argentina es uno de los principales productores de ajo en Latinoamérica.
La producción local abastece tanto al mercado interno como al internacional, siendo uno de los proveedores clave de ajo fresco y procesado en el mundo.
En México, el ajo es un ingrediente fundamental en la gastronomía del país, y también es uno de los mayores productores de ajo en Latinoamérica.
Estados como Guanajuato, Zacatecas y Aguascalientes son importantes regiones productoras de ajo, con una producción que abastece tanto al mercado interno como al internacional.
Por último, Perú también resalta en la producción de ajo, especialmente en la región de Ica.
El clima soleado y seco de esta zona favorece el cultivo de ajo de alta calidad, siendo Perú uno de los principales exportadores de ajo en la región.
Según las últimas estadísticas, Argentina es uno de los principales productores de ajo a nivel mundial.
La provincia de Mendoza es la principal productora de ajo en este país, seguida por San Juan, Córdoba y Buenos Aires.
Estas regiones cuentan con las condiciones climáticas ideales para el cultivo de esta planta, que requiere de suelos fértiles y abundante agua para crecer de manera óptima.
La producción de ajo en Argentina genera miles de puestos de trabajo en el sector agrícola y contribuye de manera significativa a la economía del país.
Además, el cultivo de ajo es una actividad sustentable que promueve el uso de prácticas agrícolas amigables con el medio ambiente.