El maridaje del vino es una práctica que consiste en combinar diferentes tipos de vino con determinados alimentos para realzar los sabores y crear una experiencia gastronómica más completa. El principal motivo para maridar el vino radica en la interacción entre sus componentes y los ingredientes presentes en los platos. Cuando se logra un buen maridaje, los sabores y aromas se entrelazan de forma armoniosa, lo que crea una experiencia sensorial enriquecida. Por ejemplo, un vino tinto con taninos suaves equilibra y suaviza la grasa de una carne roja, mientras que un vino blanco con acidez vibrante realza el marisco fresco. Los contrastes son muy importantes en el maridaje, ya que logran generar una experiencia gustativa interesante y emocionante. En el caso de los postres, debes prestar atención a algunos factores, como la compatibilidad con la dulzura, y buscar un equilibrio entre la bebida y la comida.