La paella tiene tantas elaboraciones como elaboradores.
Y es que, más allá de la receta ‘oficial’ de la paella, son infinitas las interpretaciones que podemos encontrar tanto en restaurantes como en tantos rincones del país.
Y es ésta la razón por la que el mejor maridaje de vino con paella depende tanto de esa elaboración como del gusto de quien disfrute ambos productos.
No obstante, una paella puede entenderse con tintos jóvenes y blancos, pero esta elaboración se lleva especialmente bien con vinos rosados y espumosos.
La genuina paella lleva conejo, caracoles, “garrafons”, judía verde y va servido con “ajoaceite” (alioli).
A partir de aquí, las variedades son infinitas, pero no es el momento de recordar las muchas herejías a las que se ha sometido este plato al incorporarle ingredientes impropios.
Lo que sí admite la paella son variaciones como puede ser la de marisco o la de verduras con pollo.
Hay también quien incluye dentro de la consideración de paella platos como el arroz caldoso de bogavante e incluso la fideuá… ¡el debate lo dejamos para otra ocasión!
Tintos jóvenes En el maridaje de vino con paella, la participación de carnes blancas o pescados y mariscos invita a prescindir de vinos muy potentes, como serían los tintos con cierta crianza.
Hecha la apreciación, la premisa sería pensar en referencias que tengan buena frescura, lo que no quita para que sean elaboraciones con cuerpo y cierta grasa en boca.
Por ello, los tintos jóvenes o los maceración carbónica pueden hacer muy buen papel a la hora de enfrentar una paella; el azafrán (el colorante debería ser el último recurso), el restito graso del cocinado (¡que no grasiento!) y el contundente sabor que define el resultado son la clave.
Vinos rosados y espumosos, acierto seguro Dicho esto, la paella tiene en los rosados una estupenda pareja de baile por el frescor y acidez que aportan.
Por supuesto, hay que escoger ese perfil de vino rosado, pues los que discurren por la vía más golosa no serían buena elección.
En pro de esa frescura que limpia la boca y contrasta con el guiso están también los espumosos.
Sobre todo, los de perfil brut y brut nature, que son los que tienen menos azúcar residual.
Y también blancos Tampoco es mala opción un vino blanco, pero hay que escoger bien para que el arroz no ‘se coma’ al vino ni éste enmascare la paella.
Lo recomendable serían referencias con buena frescura (cítricos, hierbas aromáticas) que a su vez tengan cierta estructura en la boca y untuosidad, de manera que, al tiempo que refrescan, acompañen al plato por sintonía desde esa sensación untuosa.
Para ello se puede recurrir a blancos fermentados en barrica o blancos con crianza sobre lías, siempre que mantengan su frescura.
Dicho todo lo anterior, he aquí cuatro buenas alternativas a la hora de buscarle compañía líquida a la paella: CASTILLO DE MONJARDÍN ROSADO DE LÁGRIMA 2023.
Uno de los grandes rosados navarros de la bodega que le da nombre.
Se trata de un coupage de cabernet sauvignon y garnacha, elaborado por el sistema tradicional de sangrado de lágrima, esto es, sin prensar.
Un vino caracterizado por su frescura frutal de frutillos rojos, sensación que define tanto la nariz como la boca.
Jugoso y con un largo final.
VIÑA POMAL ROSADO 2022.
El primer rosado de la firma riojana Viña Pomal, marca histórica de la denominación y vecina del emblemático Barrio de la Estación de Haro.
Elaborado con garnacha y viura de viñedos situados en la Rioja Alta.
Resulta un vino expresivo, con aromas de fresa y frambuesa junto a notas especiadas.
Boca de buena frescura ácida, untuosa y con estructura.
GRAMONA IMPERIAL 2018.
Este brut es uno de los valores seguros de la histórica firma familiar Gramona.
Está concebido en el corazón del Penedés a partir de uvas cultivadas en ecológico.
Se trata de una mezcla de 56% de xarel.lo al que acompaña un 30% de macabeo, 10% de parellada y un 4% de chardonnay.
Tras una crianza en rima de más de 60 meses se codea con los mejores espumosos del mundo en cada añada gracias a su regularidad.
ARTAZURI GARNACHA ROSÉ 2022.
La bodega Artazu forma parte del prestigioso grupo alavés Artadi, y este vino de perfil rosé, elaborado en ecológico, es el más joven de la casa.
Un monovarietal de garnacha aromático, sabroso, frutal, fresco y delicado.
Procede de viñas sobre suelos arcillo-calcáreos, entre 450 y 600 metros de altura, en el valle de Valdizarbe.
Artazu es el proyecto navarro del reconocido Juan Carlos López de Lacalle, alma mater de Artadi.
Estas son nuestras recomendaciones para un buen maridaje de vino con paella.
Puedes experimentar con diferentes alternativas y probar cuál te gusta más.
Eso sí, ten en cuenta la variabilidad de ingredientes de este plato para elegir el compañero líquido ideal.