Entonces, ¿qué es exactamente la crianza de vino.
Es un proceso de envejecimiento y maduración de un vino para conseguir los mejores aromas y matices, ya sea en barricas o en la propia botella.
La clasificación de los vinos por crianza.
Según este criterio, los vinos se dividen en joven, crianza, reserva y gran reserva.
Si tuviésemos que centrarnos en una sola palabra, podríamos decir que el principal condicionante es el tiempo.
Esta clasificación de los vinos en referencia al tiempo de maduración y envejecimiento que se les ha dado en la bodega es típica de España, así que solo la vamos a encontrar en vinos de origen español.
Vino joven
Cuando hablamos de vino joven (o también de vino de año), tenemos en cuenta que este vino, como norma general, no ha tenido un proceso de crianza o envejecimiento tras la fermentación alcohólica y maloláctica, fundamentalmente en barrica, aunque puede ser también en depósitos de hormigón o en tinajas de barro.
Son vinos que prácticamente, entre 2 y 4 meses después de la vendimia, se encuentran listos para su consumo.
En cuanto al vino de crianza, los tintos de esta categoría aportan un envejecimiento total mínimo de 24 meses, de los cuales al menos 6 deben ser en barrica.
En el caso de vinos blancos y rosados el tiempo de maduración total mínima desciende a 18 meses, al menos 6 de los cuales deben cumplirse en barrica.
Estos vinos pueden aguantar de cinco a diez años de vida, en función de las condiciones de almacenaje.
A medida que permanece en barrica, este vino va ganando los matices y aromas que le confiere la madera.
El vino puede aguantar de cinco a diez años de vida, en función de las condiciones de almacenaje.
Vinos Reserva
Los vinos reserva son aquellos cuya crianza, en el caso de los vinos tintos, requiere, como mínimo, un periodo de 3 años.
Al menos 12 meses el vino permanece en barricas de roble.
Para blancos y rosados la cifra sería de 24 meses totales de guarda, con un mínimo de 6 que deben transcurrir en barrica.
Como la reserva es la siguiente etapa de maduración de un vino, cuentan con mayor calidad que los crianza porque su tiempo de envejecimiento es mayor pero no tiene que ser mejor que un vino joven.
Según Vinetur, la revista digital del vino, la diferencia entre un vino blanco o rosado de crianza o de reserva es que este último se pone a la venta a partir del tercer año.
Gran Reserva
Por último, gran reserva presupone la crianza del vino durante al menos 60 meses.
En el caso de los vinos tintos, estos vinos deberían pasar al menos 18 de esos 60 meses en barrica.
En el caso de vinos blancos y rosados gran reserva, el tiempo total de envejecimiento no debe descender de los 48 meses, de los cuales, al menos los 6 primeros deben transcurrir en barrica.
Vinos gran reserva tienen un color intenso, con sabor expresivo y complejo.
Este vino va bien con platos de pescado, quesos y foie gras.
Los vinos de gran reserva no se produce todos los años y tiene un alto estatus y exclusividad.
La clasificación de vinos anterior te ayudará a abordar aún más cuidadosamente la elección de tu bebida favorita.
Sea cual sea el vino que elijas, joven, semicrianza, crianza, reserva o gran reserva, puedes estar seguro de que los vinos de La Manchuela volverán a confirmar su alta calidad.
En esta tierra nunca se equivocará con la elección.