Entre todas las alternativas a las que podemos recurrir, hay un sustituto del chocolate que destaca por encima de todos.
Se trata de la algarroba, de forma de vaina alargada y que procede del algarrobo, un árbol mediterráneo.
Si la comparamos con el cacao, la algarroba tiene a su favor que no contiene grasa ni cafeína, lo que hace que sea ideal tanto para personas que quieren seguir dietas bajas en grasa como para niños y personas sensibles a la cafeína.
Además, tampoco contiene tiramina, una sustancia presente en el cacao y otros alimentos que puede llegar a provocar migrañas en personas sensibles.
Asimismo de ser más sostenible, esta legumbre destaca por ser una buena fuente de calcio y de fibra, así como rica en antioxidantes, los cuales son clave en la defensa frente al envejecimiento prematuro y los procesos inflamatorios, entre otros.
La algarroba aporta gran cantidad de ventajas para el organismo, destacando su capacidad para regular y reducir el nivel de colesterol, algo que consigue gracias a sus fibras muy ricas en polifenoles.
Además, es una excelente aliada para combatir la diarrea.
Sus fibras son antidiarreicos y astringentes, y tiene taninos que retienen el agua de las heces.
También hay que destacar su capacidad para ayudar a la pérdida de peso, lo que consigue gracias a la goma de algarroba, rica en galactomanano, un inhibidor del apetito cuando se consume antes de las comidas.
Al entrar en contacto con el agua, se gelifica y recubre las paredes del estómago, provocando que se tenga menos apetito.
Asimismo, esta legumbre inhibe ciertas enzimas digestivas para limitar el aumento de peso.
La goma de algarroba también ralentiza la absorción de azúcares y grasas de la comida, siendo un gran aliado para evitar el aumento de peso y las variaciones en los niveles de azúcar en sangre.
Por otro lado, la crema de algarroba se puede utilizar como remedio contra vómitos y regurgitaciones en bebés.
Esta legumbre se puede consumir de distintas maneras, siendo habitual que al comprarla venga en forma de polvo tostado o harina de algarroba.
Así, se puede añadir fácilmente a líquidos calientes en los que es soluble, mientras que la harina se puede usar en dulces y bizcochos para elaborar distintas recetas.
También existe la posibilidad de comer algarroba cruda, siendo considerada un superalimento y muy apreciada por quienes siguen dietas crudívoras.
En este caso se tendrán que buscar algarrobas enteras o molidas que no hayan sido tostadas con anterioridad.