Los frijoles pueden tener un efecto diurético.
Las isoflavonas pueden limitar la proliferación tumoral mediante el bloqueo de ciertas enzimas y vías de señalización celular relacionadas con el desarrollo del cáncer.
Entre las propiedades más relevantes se destaca su efecto diurético.
Diversas instituciones recomiendan el uso de infusiones de vainas secas de frijol para ayudar al organismo a eliminar líquidos.
Estas tisanas pueden prepararse como complemento en casos de dificultades urinarias leves y también se utilizan como apoyo en afecciones cardíacas y renales.
Por otro lado, destaca su potencial como coadyuvante en el tratamiento de la diabetes.
En la literatura científica reciente se señala que el frijol, especialmente verde, contiene sales de cromo que pueden cumplir una función benéfica en el control de los niveles de azúcar en sangre.
Aunque no sustituye la insulina ni los antidiabéticos orales, puede integrarse como apoyo durante etapas prediabéticas o en aquellos pacientes que buscan regular el metabolismo mediante cambios en la dieta y plantas medicinales.
Particularmente interesante son los resultados de los estudios sobre su actividad antitumoral.
Al igual que la soya, el frijol contiene isoflavonas como la genisteína y la daidzeína, compuestos fitoquímicos asociados a la inhibición del crecimiento de células cancerígenas.