En verano, el mejor método para almacenar el jamón ibérico es en un lugar fresco y seco, como una despensa o una bodega, donde la temperatura no supere los 22 o 23 grados. No habrá ninguna dificultad si no disponemos de una habitación con estas características en casa. En caso de no tener, no es necesario buscar un pequeño microclima en casa, como una despensa. Basta con mantener el jamón alejado de fuentes directas de luz o calor, como el sol, las estufas y los hornos, si lo tiene en la cocina, que es lo más típico.
Es fundamental que nuestro jamón no entre en contacto con ninguna fuente de calor directa. Cubrir la superficie ya cortada de la pieza con lonchas de tocino blanco. Como la grasa se derrite con el calor, mantendrá la región húmeda hasta que volvamos a cortar el jamón. Se puede utilizar un trapo de algodón limpio para cubrir la parte superior de la pieza. Esto evitará que la pieza entre en contacto directo con el aire, impidiendo que se reseque.
Le recomendamos que guarde los sobres cortados en el frigorífico si los compra. Para disfrutarlo bien, sáquelo de la nevera unos 30 minutos antes de servirlo para que esté a la temperatura óptima. Si no dispone de tanto tiempo o se le olvida, puede acelerar el proceso de loncheado pasando el sobre cerrado por agua caliente. De este modo, obtendrá todo el sabor.
Una buena sugerencia para conservar el jamón durante el verano es consumirlo lo antes posible. Si consumimos jamón todos los días, no se verá afectado por el calor. Si cortamos unas cuantas lonchas cada día, el jamón estará siempre a la temperatura adecuada cuando lo sirvamos. Por eso, si tienes una familia numerosa o lo compras para una ocasión especial, no tendrás que preocuparte por su conservación.
Una buena forma de disfrutar del jamón en verano es adquirir el jamón deshuesado o cortado y envasado al vacío directamente. En algunas zonas de España, el jamón se deshuesa en tres piezas: maza, contra (babilla) y punta. Puede comprar una de estas partes o pedir que se lo fileteen y envasen. Comprar directamente jamón, deshuesado o cortado y envasado al vacío, tiene varias ventajas. Por un lado, tenemos una herramienta muy útil para esos momentos en los que no nos apetece cocinar tras volver de la playa o de un viaje. En segundo lugar, nos evita tener que cortar el jamón para consumirlo.