Cuando cocinamos la cebolla, ya sea cociéndola o friéndola, pierde su sabor fuerte y se ablanda, alcanzando una textura tierna y un gusto suave y delicado. Las cebollas se pueden freír, cocer o asar. Rehogar, saltear y cocer son métodos que se utilizan para cocinar cebolla. Cuando cocinemos un plato en el que intervengan diferentes verduras, generalmente el primer paso será sofreír la cebolla de 2 a 5 minutos. El tiempo que será necesario cocinar la cebolla antes de incorporar el resto de ingredientes depende del punto de ternura y dulzor que queramos dar a nuestro plato. Rehogar es un método de cocción que se emplea generalmente para cocinar verduras, y consiste en sofreír los ingredientes con poco aceite, a fuego medio-lento, el tiempo necesario para ablandarlos. Saltear es freír los alimentos a fuego vivo con poco aceite, y al saltear la cebolla conseguimos que quede tierna por dentro, pero sin perder su textura crujiente.