La cebolla, además, ayuda a disminuir el riesgo de enfermedades cardiacas, favorece el control del azúcar en sangre, contribuye a reducir los niveles de LDL o 'colesterol malo', es diurética, expectorante.
Pochar, sudar, sofreír, saltear y rehogar la cebolla.
Las diferencias entre estas técnicas no son muy grandes pero cada una sí tiene una pequeña particularidad.
Pochar quiere decir freír a fuego lento un alimento en un medio graso a una temperatura inferior al punto de ebullición.
La idea con la cebolla es que se cocine lentamente removiendo de vez en cuando, durante unos 10 minutos en el caso de un sofrito o más en otros casos, pero sin que llegue a dorarse.
Sudar viene del francés suer y hace referencia a cocinar vegetales a temperatura suave con aceite o mantequilla para que suelten el agua de vegetación.
La cebolla admite numerosas técnicas culinarias, que son la base de infinidad de otros platos.
Sofreír es una técnica similar a rehogar pero la temperatura del fuego es más baja.
Confitar y caramelizar la cebolla.
En muchas ocasiones se emplean como sinónimos, en ambas son importantes tanto el tiempo como la temperatura.
Cebolla frita, deshidratada y en polvo.
Lo que entendemos por cebolla frita y deshidratada es lo mismo.
La cebolla en polvo es la resultante de secar la cebolla- o se deshidratarla, por lo general en el horno- y luego molerla para que quede granulada.