Los embutidos más recomendados por médicos y nutricionistas
Como norma básica podemos optar por embutidos de tradición artesanal, cuanto menos procesados mejor, y que en su etiqueta nutricional la lista de ingredientes no sea larguísima, priorizando la carne animal y el uso de aceite de oliva frente a otras grasas.
Podemos elegir aquellos que tengan un menor porcentaje de sal y descartar los embutidos que agregan azúcares y potenciadores del sabor; es una señal de que la materia primera no es muy buena y el fabricante busca hacerlos más sabrosos mediante aditivos, lo que nos llevaría a querer comer más.
Jamón ibérico de bellota de primera calidad no es solo un manjar, también aporta proteínas de alto valor biológico, vitaminas del grupo B y minerales como hierro, selenio, magnesio o zinc, además de una proporción de grasas monoinsaturadas, poliinsaturadas y ácido oleico.
Lomo ibérico de bellota Es un caso similar al jamón, un embutido de gran calidad elaborado de una pieza entera, el lomo, no a base de mezcla de carnes y otras partes del cerdo, como sí ocurre en el chorizo o las salchichas.
El lomo ibérico es uno de los embutidos más bajos en grasas saturadas, rico en proteínas de alta calidad, vitaminas del grupo B y minerales esenciales.
Jamón cocido extra Como afirma la dietista-nutricionista Sara Jiménez Huertas, es la mejor categoría de la charcutería y los llamados fiambres, aunque por la normativa de etiquetado no se denomina fiambre, los cuales sí hay que evitar.
Tiene en torno al 80-90% de carne, por lo que tiene menos cantidad de aditivos,
Además, por ley no puede incorporar féculas o almidones y suelen tener un bajo porcentaje de azúcares y sal.
Pechuga de pavo o pollo extra Tal y como recomiendan en la OCU y el equipo de nutricionistas de Alimmenta, es uno de los embutidos con un perfil más saludable, siempre que sea de categoría extra y con un porcentaje de carne superior al 80%, sin féculas añadidas, vigilando que el porcentaje de sal sea lo más reducido posible, así como los azúcares añadidos.