Debemos reducir a 1-2 raciones de carne roja y/o procesadas al mes, y recomendando el consumo del resto de carnes blancas entre 3 y 4 veces a la semana máximo. Las carnes rojas pueden formar parte de nuestra dieta sin problemas, siempre y cuando se consuman en las cantidades adecuadas y sin excesos. Un consumo excesivo de carnes rojas se ha asociado con un aumento del riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, un aumento del colesterol, gota y algunos tipos de cáncer, por lo que los expertos recomiendan un consumo moderado, tal y como venimos señalando, y siempre en el marco de una dieta equilibrada y variada. La recomendación de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria es tomar un máximo de 125 gramos semanales y por persona de carne roja y procesada.