Debemos reducir a 1-2 raciones de carne roja y/o procesadas al mes, y recomendando el consumo del resto de carnes blancas entre 3 y 4 veces a la semana máximo.
Aunque existen estudios que limitan el consumo de carne roja, sobre todo cuando lo hacemos para mejorar nuestra salud, según un estudio de Harvard publicado en The American Journal of Clinical Nutrition, lo mejor sería reducir el consumo de carne roja a una vez por semana.
La recomendación de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria es tomar un máximo de 125 gramos semanales y por persona de carne roja y procesada.
Las carnes rojas, o aquellas preparaciones que tienen sangre como un ingrediente, como es el caso de las morcillas y los chorizos, son las que más hierro aportan, y aunque, aparentemente el hierro es un valor nutricional necesario en nuestra dieta, según este experto, al ser alimentos procesados y con alto contenido en grasa, no deberíamos ni siquiera consumirlos semanalmente.
Un consumo excesivo de carnes rojas se ha asociado con un aumento del riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, un aumento del colesterol, gota y algunos tipos de cáncer, por lo que los expertos recomiendan un consumo moderado, tal y como venimos señalando, y siempre en el marco de una dieta equilibrada y variada.