Los calçots o calsots, producto emblemático de la gastronomía catalana, son un tipo de cebolleta de forma alargada que tiene su epicentro de producción en Tarragona, y que se distinguen por su textura tierna y su sabor dulce.
Se cultivan bajo tierra, plantados en surcos de tierra que se “calça” sobre estas cebolletas para mantenerlas tapadas mientras crecen.
Debes asumir que se comen con las manos, que te mancharás, y que un babero gigante puede ser una herramienta de gran ayuda.
Aclarado esto, coge tu primer calçot y retírale la capa externa, la negra, la que se ha carbonizado con el fuego, para encontrarte con la cebolleta jugosa y tierna, mójala bien a gusto en la salsa y, por último, a la boca, si es posible entero.
¡No te comas el tallo!
la parte blanca es la comestible.
Cuentan que se descubrieron casi por casualidad, cuando un campesino se percató de que esta cebolleta blanca, cocinada al fuego y acompañada de una salsa, estaba realmente buena.
Lo demás es historia, y el calçot se convirtió en lo que es hoy, un pequeño manjar asequible para todos.
Nadie se prepara unos calçots para comérselos sólo, eso es así.
Los calçots son un producto concebido para comer en grupo, en reuniones con amigos o familia y pasar un buen rato preparándolos, comiendo sin límite y charlando si este año son mejores, peores, o recordando el día que te comiste cien calçots tú solo.
Las calçotadas son eso, muchos manojos de calçots, mucha gente y un día tranquilo comiendo todos juntos.
El cocinado perfecto y tradicional se basa en cocinarlos directamente al fuego.
Se hace un fuego fuerte y, sobre una parrilla, se colocan los calçots hasta que su capa exterior esté carbonizada.
Pero si no tienes espacio al aire libre para prepararlos de esa forma, te dejamos nuestra recomendación de cómo hacer calçots al horno y poder disfrutarlos igualmente en tu casa.
La temporada de calçots suele empezar con el final de la temporada más fría del año.
Aunque es imposible definir una fecha concreta, pues variará cada año en función del clima, desde finales de enero nos metemos de lleno en temporada de calçots y es posible encontrarlos con facilidad.