Los vinos blancos y rosados tienen entre 110 y 170 kcal.
Los vinos espumosos oscilan entre las 120 y 160 kcal.
Los tintos aportan entre 120 y 180 kcal.
Los vinos dulces suelen tener entre 190 y 290 kcal.
El alcohol aporta 7 calorías por cada gramo, pero no todas las bebidas alcohólicas tienen la misma graduación, ni todos los tipos de vinos siguen una graduación estándar, si bien generalmente esta no supera los 15 grados.
Para hacer una comparación, una cerveza estándar (330 ml) equivale a 142 calorías, mientras que una copa de vino (100 ml) a 85 calorías.
En realidad, la diferencia se debe principalmente al diferente volumen entre la jarra de cerveza y la copa de vino.
Así, aunque el aporte calórico por mg de alcohol es el mismo, cambia la cantidad que se consume por unidad, dependiendo si pedimos una cerveza, o un vino.
En conclusión, a paridad de unidades consumidas, el aporte de calorías del vino será menor que si pedimos cerveza u otra bebida alcohólica.
Además, ya que el vino se bebe de forma más pausada y es más saciante, normalmente tendemos a consumir menos vino que cerveza.
En este sentido, salir de cañas suele influir más negativamente en nuestra dieta que tomar una copa de vino cenando, por ejemplo.
También hay que apuntar que las calorías del vino varían dependiendo del tipo de vino del que estemos hablando.
Si consideramos la cantidad de 100 ml y, atendiendo a términos generales, podemos concluir lo siguiente:
Los vinos blancos y rosados tienen entre 110 y 170 kcal.
Los vinos espumosos oscilan entre las 120 y 160 kcal.
Los tintos aportan entre 120 y 180 kcal.
Los vinos dulces suelen tener entre 190 y 290 kcal.
También hay que considerar que el aporte calórico del alcohol no es comparable al del resto de alimentos.
De hecho, las calorías suelen proceder de nutrientes como proteínas, hidratos o grasas, que cumplen determinadas funciones en nuestro organismo.
Sin embargo, en el caso del alcohol, esta energía no procede de ningún nutriente, por tanto, las calorías del vino son calorías vacías y también nuestra forma de absorberlas será diferente.
Como resultado, si te encuentras en la situación de querer seguir un régimen calórico, beber vino de forma moderada probablemente no afecte en gran medida al total de calorías diarias que consumas.