Al igual que los chipirones a la plancha, los calamares a la plancha o los calamares fritos son los más habituales ya que los encontramos en la mayoría de las cartas de restaurantes y nunca faltan en los chiringuitos de las zonas de playa.
Un calamar fresco, como los de las rías gallegas, es el ingrediente perfecto para preparar calamares a la plancha que, con el tiempo justo de cocción, sin pasarnos, será un manjar.
No obstante, y como no siempre disponemos de estos calamares o no tenemos acceso a ellos, un buen calamar de altura congelado será también una gran opción para este sencillo plato que os traemos hoy.
En esta receta hemos cocinado tres calamares en dos tandas, ya que, si nuestra plancha no es muy grande, o queremos hacer muchos calamares, es preferible cocinarlos en varias tandas, pues si los ponemos todos juntos se enfriará la plancha, y no quedarán bien.
En este caso, tendremos que limpiar bien la plancha de restos, entre unos y otros, para evitar que estos se queden pegados en la carne del calamar y estropeen su sabor y la presentación.
Ponemos una plancha al fuego y, cuando esté muy caliente, la pincelamos con un poco de aceite de oliva.
Inmediatamente, colocamos los calamares con la parte de los cortes hacia abajo.
De esta manera, a la hora de colocarlo en el plato, esta cara del calamar que será la que hagamos primero y con la plancha limpia, es la que irá hacia arriba y nos quedará con una mejor presentación.
Colocamos también los tentáculos en los laterales de la plancha.
Añadimos una pizca de sal y los dejamos cocinar unos 5 minutos.
Pasado este tiempo indicado, con ayuda de unas pinzas damos la vuelta a los calamares y a los tentáculos, añadimos un poco de sal y los dejamos que se cocinen unos 4 minutos más por el otro lado.
Los tiempos pueden variar en función del tipo de plancha usada y de los gustos del comensal, pero es importante no dejar que se pasen mucho, ya que si esto ocurre la carne se pondrá cada vez más dura y correosa.
Cuando estén listos, los retiramos para un plato o fuente y los aliñamos con el aceite emulsionado con ajo y perejil.
No le pondremos mucha cantidad, solo lo justo para emplatar y mejorar la presentación, y serviremos este aliño en un recipiente independiente para que cada comensal pueda añadírselo a su gusto.
Servimos los calamares calientes, que es como están más sabrosos y tiernos, acompañados de la salsa verde.
Limpiamos y lavamos el calamar, lo secamos con papel absorbente y le hacemos unos cortes en uno de los lados
Trituramos el ajo y el perejil en un mortero y le añadimos el aceite, poco a poco, hasta emulsionarlo todo
Los servimos calientes acompañados del aliño
Ponemos la plancha al fuego y, cuando esté caliente, la pincelamos con aceite y colocamos los calamares con la parte de los cortes hacia abajo, los tentáculos y añadimos sal
Los retiramos para un plato y los aliñamos con el aceite macerado con ajo y perejil