Los calamares pueden cocinarse de muchas maneras y están muy presentes en diferentes guisos y platos marineros. Un calamar fresco, como los de las rías gallegas, es el ingrediente perfecto para preparar calamares a la plancha. No obstante, y como no siempre disponemos de estos calamares o no tenemos acceso a ellos, un buen calamar de altura congelado será también una gran opción para este sencillo plato. Los calamares a la plancha o los calamares fritos son los más habituales ya que los encontramos en la mayoría de las cartas de restaurantes y nunca faltan en los chiringuitos de las zonas de playa. Cuando compremos los calamares, pediremos en la pescadería que nos los limpien y los dejen enteros, que es la manera en la que los cocinaremos a la plancha. Los calamares se deben limpiar bien y lavar para retirar las babas y restos de piel. Se les hace unos cortes en la parte superior para evitar que se retuerzan en la plancha. Se pone la plancha al fuego, se pincela con aceite de oliva y se colocan los calamares con la parte de los cortes hacia abajo. Se añade una pizca de sal y se dejan cocinar unos 5 minutos por un lado y 4 minutos por el otro. Los tiempos pueden variar según el tipo de plancha y los gustos del comensal, pero es importante no dejar que se pasen mucho para que la carne no se vuelva dura y correosa. Los calamares se sirven calientes, acompañados de una salsa verde hecha con ajo y perejil emulsionados con aceite de oliva.