El nombre ‘calamar’ proviene de la palabra latina calmarius, que significa tintero, ya que estos animales contienen una tinta negra que sueltan en el momento que se encuentran en apuros y la utilizan para defenderse.
Los chipirones se suelen pescar desde los meses de verano hasta enero, pero podemos encontrar este producto en los comercios a lo largo de todo el año ya que su captura es continua.
Sin embargo, los mejores meses para el consumo de los chipirones se dan en verano y otoño.
Este producto tan conocido en nuestra gastronomía destaca por los numerosos beneficios que aporta a nuestra salud, y su preparación sin demasiados aceites ni frituras hace que este sea un alimento propicio para incluir en cualquier dieta de adelgazamiento ya que posee un alto contenido en proteínas de buena calidad.
Además de las proteínas que nos aporta, es beneficioso por otros motivos:
Aporta aminoácidos esenciales
Tiene pocas grasas y nos aporta pocas calorías
Contiene minerales como el magnesio, el potasio, el zinc, hierro y fósforo
Contiene vitamina A, B3 y B12
Chipirones de potera
A la hora de comprar y consumir chipirones, lo más valorados son los denominados chipirones de potera.
La gran diferencia con otros chipirones es que estos se capturan con anzuelos, práctica que consigue que el animal no suelte la tinta: elemento fundamental a la hora de cocinar este producto.
Además, esta forma de pesca consigue que la textura de los chipirones y su sabor sea mejor que la de los chipirones que se han pescado con redes.
Chipirones afogaos
Los chipirones se pueden cocinar de diferentes formas: a la plancha, en su tinta, encebollados, en salsa y sobre todo en Asturias podemos encontrar los chipirones afogaos (ahogaos).
Pero, ¿qué son los chipirones afogaos?
Se llama así a una receta típica de la gastronomía asturiana que principalmente podemos degustar en Gijón.
Este plato resulta muy sabroso, ya que su receta consiste en ‘ahogar’ el producto en una riquísima salsa cuya base se elabora con cebolla y vino blanco.