La cebolla está compuesta, principalmente, por agua y contiene vitamina C, potasio, calcio y fósforo, así como un alto porcentaje de cromo y pequeñas cantidades de azufre, bromo, cobalto, cobre, magnesio, silicio y zinc.
También contiene fitoquímicos, como el flavonoide quercetina, que tiene propiedades antiinflamatorias, antialérgicas y protectoras frente al cáncer, además, contribuye a reducir los síntomas de fatiga, ansiedad y depresión.
El consumo regular de cebolla morada en nuestra alimentación diaria contribuye a fortalecer las defensas y prevenir infecciones.
Su contenido de vitaminas y minerales contribuye a que nuestro sistema inmune funcione mejor.
La cebolla morada tiene propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, anticancerígenas, antidiabéticas, antimicrobianas, anticoagulantes, digestivas, desintoxicantes e inmunoestimulantes.
El consumo regular previene el daño oxidativo y la inflamación en todo nuestro organismo.
Todas las cebollas, pero especialmente la morada, tienen propiedades antitumorales y anticancerígenas.
La cebolla puede obstaculizar el desarrollo de células cancerosas.
Además, su contenido en azufre ayuda a disminuir los niveles de triglicéridos y el llamado colesterol malo, a la vez que favorece el aumento del colesterol bueno.
La cebolla morada contiene también cromo, un mineral que contribuye a reducir el azúcar en la sangre y a aumentar la sensibilidad celular a la insulina.
Otro de los beneficios para la salud más conocidos de la cebolla morada es el alivio de los síntomas de la gripe y del resfriado.
Es un remedio muy efectivo para la tos, el dolor de garganta, la congestión nasal y las flemas.
La cebolla morada tiene un efecto depurativo y su aceite esencial tiene propiedades bactericidas y fungicidas.
La cebolla es uno de los condimentos más utilizados en nuestra dieta mediterránea que se puede tomar cruda, frita, hervida, encurtida, etc.
Sus propiedades son mucho más efectivas si la comemos cruda.
Un poco de cebolla morada cortada en juliana, regado con unas gotas de aceite de oliva, es una opción excelente para comer.
Si al tomarla cruda te resulta muy intenso su sabor, puedes suavizarlo, dejando unos minutos en maceración la cebolla, con un poco de sal y un chorro de vinagre.