La cebolla es uno de los alimentos que no falta en la cocina de nuestros hogares. Y es que además de ser uno de los ingredientes base en muchas de nuestras recetas, también se trata de una fuente rica en vitaminas y grandes beneficios para la salud. Aunque sus propiedades son mucho más efectivas si lo comemos cruda, también cocinado ¡este bulbo contiene propiedades ventajosas para nuestro organismo! La cebolla es fuente de vitaminas y minerales, y es que gracias a su composición es rica en azúcar natural, vitaminas A, B6, C y E, así como minerales como el sodio, el potasio, el hierro, la fibra y el ácido fólico, entre otros. Se trata de uno de los alimentos etiquetados como adelgazante natural. Un dato importante, pues la cebolla es depurativa, antioxidante, diurética y regulariza el buen funcionamiento del estómago, ayudando a digestiones mucho más ligeras y fáciles, así como a eliminar toxinas. No es de extrañar que encontremos la cebolla como ingrediente fundamental en más de un remedio casero del recetario de la abuela. Esta hortaliza ayuda a aliviar y combatir enfermedades respiratorias y cardiovasculares, así como también mejora la circulación sanguínea. Gracias a las vitaminas que contiene, es un arma natural contra el envejecimiento. Y es que vitamina C y B, así como las fuentes de ácido fólico, ayudan a combatir esas temidas líneas de expresión. Además de por todos sus beneficios, comer cebolla es todo un placer. Y es que su sabor es exquisito, rico, sabroso y crujiente. Sea en la elaboración o plato que sea, así como su textura o tipo de cocción, la cebolla es un alimento que no puede faltar en nuestra dieta.