El chocolate negro, con más de un 70% de cacao, se recomienda combinar con, Zinfandel, Cabernet Sauvignon, Malbec o Shiraz, ya que son astringentes y nivelan la acidez que produce el cacao.
El chocolate con leche se encuentra a medio camino entre el sabor dulce del blanco y el amargo del negro.
Para este tipo de chocolate es recomendable tomar un vino tinto joven Moscato, Pinot noir o Merlot, ya que su nivel de dulzura equilibra las notas lácteas.
Además, combina muy bien con vinos blancos, especialmente con las opciones dulces con notas frutales y florales.
Por último, el chocolate blanco suele contener mayor cantidad de manteca de cacao, por lo que su textura suele ser más cremosa y su sabor, bastante dulce.
Para contrarrestar la grasa, se debe acompañar con vinos más secos y frutales.
La mejor opción será un vino blanco suave, por ejemplo un Chardonnay que resalte la cremosidad del chocolate, aunque también te animamos a probarlo con vinos espumosos.
En el mundo del maridaje se cumple ese refrán español que dice que “cada maestrillo tiene su librillo”.
Aun así, hay varios consejos muy útiles para que consigas degustar la combinación del chocolate y el vino de la mejor forma posible.
Te recomendamos catar previamente los dos elementos por separado.
Deléitate con los sabores y los matices del chocolate y del vino de forma individual para después comprender por qué maridan tan bien juntos.