El acto de asar carne al fuego es una de las tradiciones más antiguas y esenciales de la humanidad. En La Rioja, el asado es mucho más que una técnica culinaria, es un acto que une a las familias en torno al fuego. Aquí, los domingos son sinónimo de cordero al horno, una tradición que ha pasado de generación en generación. La familia se reúne para celebrar entre tiras de panceta, choricillo o salchichón cualquier asunto de interés, por pequeño que sea. En La Rioja, el cordero chamarito es un símbolo de la sostenibilidad y la tradición riojana, y su calidad está garantizada. El asado en La Rioja no es solo una técnica de cocción, sino un reflejo de la cultura y la identidad de la región. El cordero asado sigue siendo un plato central en las mesas riojanas, un testimonio del amor por la buena comida y por las tradiciones que definen a este rincón de España. El cordero de Navidad, el cabrito de Año Nuevo, son ejemplos de la importancia del cordero en la cultura riojana. El cordero asado es un plato que conecta al hombre con sus orígenes y sigue vivo en muchas culturas, y La Rioja, en esto, por suerte, no es una excepción. La cuadrilla queda para asar al sarmiento unas chuletillas de cordero, y es como si todo volviera a encajar de nuevo. Y somos lo que comemos. y La Rioja es tierra de corderos.