Los callos nunca han sido para mí plato de gusto, me cuesta su textura gelatinosa, su sabor fuerte y sus ocasionales trocitos cartilaginosos. Claro que hay callos y callos, y los que traemos hoy son como para entusiasmar a gente tan poco callista como yo. Ambos son 100% madrileños, pero les separan notables diferencias. En un lado, los clásicos de la Taberna San Mamés, establecimiento del barrio de Chamberí donde la misma familia lleva triunfando con este plato de casquería desde los años cincuenta. En el otro, los de un templo de la casquería moderna, La Tasquería de Javi Estévez, que los hace también a la madrileña, pero con cierto refinamiento y algún toque exótico que lo separan de la ortodoxia pura. Los callos a la madrileña de la Taberna San Mamés se preparan con una lista de ingredientes que incluye callos, morro, manita, cebollas, ajo, laurel, perejil, guindilla, hueso de jamón, chorizo ahumado y morcilla asturiana. La preparación comienza limpiando los pelillos de manitas y morros, quitando el sebo de la tripa y cortándola en trozos, y luego lavando bien la carne y poniéndola en una cazuela con agua fría y vinagre para llevar a ebullición. Los callos a la madrileña de La Tasquería se preparan con una lista de ingredientes que incluye callos, tendones de ternera, pata de ternera, morro de ternera, hueso de jamón, cebolla, zanahoria, puerro, tomate, laurel y salsa sriracha. La preparación comienza blanqueando las carnes en agua fría con sal y laurel, y luego cociéndolas en agua con verduras y especias durante varias horas.