El besugo, con su carne blanca y delicada, se viste de gala con una preparación sencilla pero llena de matices.
Al horno, acompañado de patatas panaderas, cebolla, laurel y un toque de vino blanco, este plato conquista paladares y evoca recuerdos de reuniones familiares y momentos inolvidables.
En este post, te invitamos a descubrir los secretos del besugo a la madrileña, desde su origen humilde hasta su lugar privilegiado en la alta cocina.
Te guiaremos paso a paso para que puedas preparar este clásico en tu propia casa, y te daremos algunos consejos para que tu besugo quede perfecto.
Prepárate para sumergirte en la tradición madrileña y disfrutar de un plato que sabe a historia, a hogar y a celebración.
Puedes añadir unas ramitas de tomillo fresco o un chorrito de limón al final para realzar el sabor.
Si no tienes pan rallado, puedes usar pan rallado casero o pan de molde rallado.
El tiempo de cocción puede variar según el tamaño del besugo y la potencia del horno, así que estate atento.
Asegúrate de que las patatas y la cebolla estén bien cocidas antes de colocar el besugo en la bandeja.
Un vino blanco seco, como un Albariño o un Verdejo, es la elección clásica para acompañar el besugo.
Su acidez y frescura realzan los sabores del pescado.
Al elegir los acompañamientos, ten en cuenta la sencillez del besugo a la madrileña.
Opta por guarniciones que no eclipsen su sabor, sino que lo complementen.
Si quieres añadir un toque festivo, puedes decorar el plato con unas ramitas de perejil fresco y unas rodajas de limón.