La Comisión Europea permite que once países comunitarios puedan añadir azúcar al vino, práctica que es criticada por diversos sindicatos agrarios dado que perjudica la imagen de calidad de los vinos de los países mediterráneos. El añadido de azúcar a los vinos se realiza para poder conseguir un punto de dulzor y de graduación alcohólica que siguiendo los métodos tradicionales no se obtendrían, a esto hay que añadir que la falta de azúcar durante el proceso de elaboración del vino podría impedir la fermentación dando lugar a un vino de baja graduación sin azúcar residual. A la técnica de añadir azúcar al vino se le denomina chaptalización y fue desarrollada por el químico francés Jean-Antoine Chaptal en el siglo XVIII. Antes de la fermentación o durante su proceso, se añade el azúcar necesario para corregir la carencia de azúcares en el mosto. Las levaduras actúan y transforman parte del azúcar en alcohol y CO2, hay que decir como apunte, que superando una determinada graduación alcohólica, las levaduras mueren y finaliza la fermentación. En el marco de la normativa comunitaria vigente, queda prohibida la adición de sacarosa y de otros azúcares no procedentes de uva de vinificación para aumentar la graduación alcohólica natural de mostos y vinos. Holanda, Bélgica, Austria, Polonia, Alemania, Dinamarca, República Checa, Reino Unido, Eslovaquia, Hungría y Eslovenia podrán añadir azúcares al vino que elaboren, teniendo en cuenta las características climáticas de estos países y su deseo de tener más presencia en el mercado del vino, la medida les favorecerá, aunque seguramente muchos consumidores la desaprobarán, ya que como hemos dicho, se considera un fraude. LA UNIÓ de Llauradors ya ha criticado esta decisión indicando que se podrían haber utilizado otras técnicas de chaptalización, como agregar mosto concentrado al mosto, o en su defecto concentrar el propio mosto eliminando parte del agua que contiene a través de la congelación o la evaporación. Permitir añadir azúcar al vino es promocionar la competencia desleal pero también el fraude al consumidor, sería interesante que en las etiquetas de los vinos producidos en los países mencionados se especifique que se ha utilizado azúcar para aumentar el dulzor y graduación alcohólica de los vinos.