Ya sea carnes o platillos acompañados por salsas blancas, como una pasta, el vino blanco de sabor intenso como el Chardonnay es la mejor opción para dar ese toque especial a una salsa de crema y queso.
La alta acidez del vino dará el equilibrio necesario para destacar todos los sabores, y la cantidad de alcohol te permitirá acompañar el platillo con una copa de vino, que puede ser del mismo tipo o un Sauvignon Blanc.
Al cocinar, toma en cuenta que entre más tiempo pase en la cacerola caliente, el vino va perdiendo alcohol, por lo que lo ideal al preparar una salsa blanca es reducir el vino a la mitad en una cacerola aparte y luego incluirlo en la preparación.
El toque frutal perfecto al cocinar mariscos lo aportará un Pinot Grigio, vino que proporciona una acidez neutra, que destacará el sabor de los frutos del mar.
Si planeas servir pescado en salsa blanca, este vino también será la mejor opción, así como para marinarlo y prepararlo a la plancha o empapelado.
Los amantes de la comida vegana tienen un mundo de posibilidades en sus recetas de cocina, y para destacar el sabor de las verduras el Sauvignon Blanc y su sabor frutal es la mejor opción.
Este vino es ideal para platillos con alcachofas, berenjenas, acelgas, pimientos, tomates, entre otros vegetales.
Además, es excelente para cocinar tofu y darle un sabor aún más especial.
Añadir vino blanco a la carne ayuda a ablandarla, y un Sauvignon Blanc además dará un mejor sabor a carnes blancas como pollo o pavo, que puedes dejar marinando toda la noche para que pase menos tiempo en el horno, además de obtener una sazón espectacular.