El tinto de verano es una bebida que irrumpió con fuerza en el panorama gastronómico de nuestro país en los años 60.
Parece ser que el tinto de verano nació en los años 20 en Vargas, una pequeña venta cordobesa regentada por Antonio a quien el asfixiante calor de la tierra hizo agudizar el ingenio y se lanzó a servir su vino de la casa mezclado con sifón.
El invento en cuestión tuvo una excelente acogida, convirtiendo a Venta de Vargas en el centro de reunión obligado entre los aficionados al cante y el baile andaluz, y dando origen al tinto de verano.
Pero no es hasta los años 60 que el tinto de verano se populariza y se empieza a consumir a lo largo y ancho del país con un frenesí sin antecedentes.
La publicidad contribuye a ello, especialmente la campaña de La Casera y su "si no hay casera, nos vamos", uno de los eslóganes más acertados de la historia, y hasta hoy.
En la actualidad, la oferta de tinto de verano embotellado y listo para consumir es amplia por lo que casi nadie lo prepara y parece que se nos ha olvidado cómo hacer un buen tinto de verano en casa.
Algo que ciertas generaciones practicábamos a menudo, que resulta sencillo hasta decir basta y que nos permite controlar el sabor final de este sublime combinado.
Lejos de pretender sentar cátedra sobre cómo hacer el tinto de verano perfecto, os contamos que a nosotros nos gusta la mezcla básica de vino tinto y gaseosa a partes iguales, mucho hielo y una cantidad generosa de rodajas de limón.
La acidez del limón equilibra el dulzor de la gaseosa y el resultado es maravilloso.
Dicho esto, hay quien prefiere usar refresco de limón en lugar de gaseosa.
Perfecto, ya sabemos que en cuestión de gustos no hay nada escrito, pero aconsejamos tener en cuenta que el nivel de acidez del conjunto será superior.
El uso de un vino tinto de calidad decente con un punto de acidez bajo es clave, y siempre es mejor usar la gaseosa o refresco de limón bien fría y asegurarnos de que no ha perdido el gas y, con ello, la gracia.
El hielo es otro elemento indispensable y clave en la preparación de un buen tinto de verano, por lo que debe ser muy generoso para que el tinto de verano nos refresque.