¿Qué le da color al vino rosado?

Los vinos blancos y rosados son los protagonistas principales de la temporada más calurosa. Los vinos blancos se caracterizan por ser frescos, ligeros y fáciles de beber, con una notable frutosidad, expresividad en nariz y boca, y tipicidad varietal a flor de piel. Son ideales para beber solos o acompañados de platos livianos de verano. El proceso de elaboración de los vinos blancos implica fermentar sin contacto con las pieles de la uva, lo que les da una menor cantidad de componentes fenólicos y una mayor acidez. Los vinos rosados, por otro lado, se elaboran con uvas tintas y se caracterizan por su color rosado, que se debe a una maceración atenuada. Tienen una leve presencia tánica y una ligereza similar a la de los vinos blancos, lo que los hace versátiles y-refreshantes. Ambos tipos de vino se recomiendan beber a una temperatura entre 8° y 10°, debido a su frescura y propiedades similares. Los vinos blancos y rosados son ideales para disfrutar durante todo el año, no solo en verano, gracias a su versatilidad y calidad. Algunos ejemplos de vinos blancos y rosados recomendados son el Famiglia Bianchi Viognier, el Famiglia Bianchi Chardonnay y el Famiglia Bianchi Rosé Blend, todos ellos con características únicas y deliciosas. En resumen, los vinos blancos y rosados son opciones perfectas para apaciguar el calor y atesorar buenos momentos durante el verano.