Métela al horno.
Añade pan rallado.
Harina tostada.
Recíclala.
Métela al horno.
Uno de los trucos que puedes probar si crees que tu masa ha quedado muy líquida, después incluso de haberla tenido toda la noche en el frigorífico, es metiéndola durante un rato en el horno para que así se seque el líquido sobrante y la masa quede más espesa para después darle forma y meterla a la freidora.
Sin embargo, hay que tener cuidado de que la bechamel no comience a cocinarse, ya que esto podría estropearnos la textura de la croqueta, volviéndola chiclosa.
Si quieres que sea un proceso aún más rápido, puedes intentar hacerlo con el microondas, pero deberás estar muy pendiente de ir sacándolo a cada rato para evitar el mismo proceso de cocinado.
Añade pan rallado.
Otro de los métodos más utilizados en los hogares para saber cómo arreglar una masa de croquetas, sería añadiendo uno de sus ingredientes estrella: el pan rallado.
Este sencillo componente nos puede ayudar a que nuestra masa deje de ser demasiado líquida.
La manera de hacerlo sería añadiendo a nuestra masa porciones de pan rallado y moviéndolo para ir valorando su consistencia.
El pan rallado absorberá los restos sobrantes de agua y además no aportará ningún sabor adicional a nuestras croquetas, consiguiendo una textura más manejable.
Con este método, además, podremos conservar nuestra masa para croquetas congelada durante más tiempo, consiguiendo tener lista la masa siempre que se quiera.
Harina tostada.
Este método, no es tan famoso ni rápido como los dos anteriores pero muchas y muchos cocineros han demostrado su eficacia.
La clave para que funcione radica en tostar la harina.
Como bien sabrás, la leche y la harina son la base de cualquier tipo de salsa bechamel.
Sin embargo si nos queda una masa demasiado líquida y le añadimos más harina de la cuenta acabará adquiriendo un sabor crudo.
Es por eso que uno de los trucos que se emplean es poner en una sartén un poco de harina blanca e ir moviéndola hasta que tenga un aspecto tostado.
El resultado no aportará ningún sabor a nuestra masa pero absorberá el exceso de líquido, cumpliendo con su función espesante.
Recíclala.
Ya hemos visto los tres trucos más usados que hacer cuando la masa de croquetas queda muy blanda.
Sin embargo, si ninguno de los tres no te convence o sientes que aún así no has logrado la consistencia deseada, ¡no tires tu masa de croquetas!, puedes reciclarla.
A pesar de su textura el sabor puede ser muy versátil para cualquier otro tipo de receta por lo que, puede que esta vez no te hayan salido las famosas croquetas, pero la masa puede servir como una salsa para tus pastas, una crema para tus lasañas o un ingrediente para unos muffins salados.
Si quieres conocer más trucos para hacer unas croquetas excepcionales, consulta estos otros artículos de unCOMO sobre Cómo rebozar croquetas y Trucos para que no se abran las croquetas.
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