El producto no salió al mercado hasta 1973.
Para darle una imagen “auténtica”, la agencia de publicidad Effente, responsable del producto, se planteó imaginar una pastoral, un cuadro del siglo XVIII, hasta que una secretaria sugirió, tras hojear un libro de arte utilizado por el equipo, el cuadro La Lechera de Johannes Vermeer.
De ahí deriva el nombre del producto, aunque también esté inspirado en la marca británica Milkmaid, fundada en 1870, perteneciente al grupo Nestlé desde 1905.
El primer anuncio de televisión se transmitió en 1974, el cuadro cobra vida, aunque sea en blanco y negro: de hecho, la lechera vierte su leche mostrando, según el anuncio, «Como antaño, Chambourcy utiliza buena leche entera para preparar buenos yogures naturales.»
El eslogan de la marca hace referencia al cuadro: «La Lechera, una obra maestra de Chambourcy».
En 1979, la imagen de la lechera apareció en los envases de yogures.
Desde entonces, a partir de los años 1990, han aparecido una veintena de productos estampados “La Lechera” envasados en vidrio o en aluminio.
La lechera ya no se veía en los anuncios de televisión, pero aparece en la prensa y en los carteles públicos.
Luego, la marca fue vendida a Nestlé y Chambourcy desapareció.
El discurso de mercadotecnia convierte entonces a la lechera en cocinera, y la sitúa en diferentes realidades históricas, como la Revolución Francesa.