La historia de la leche se remonta a hace unos 10.000 años, cuando los seres humanos comenzaron a domesticar animales para su uso en la agricultura y la alimentación. La leche se convirtió en una fuente importante de nutrición para los seres humanos, ya que es rica en nutrientes como proteínas, grasas, calcio y vitaminas. Nuestros antepasados comenzaron a domesticar animales y, paralelamente, empezaron a explotar este producto, alrededor del 7000 a.C. Los diferentes hallazgos en el Mediterráneo y en Próximo Oriente revelan la importancia de la leche en la dieta de los antiguos pobladores. La leche que consumimos hoy en día aporta beneficios para la salud. Su composición la hace naturalmente fuente de calcio, un mineral importante para la salud de huesos y dientes, y de proteína. Además, no podemos olvidar las principales vitaminas de la leche, como la vitamina B12 y la D. La leche en la actualidad es producida con técnicas modernas que incluyen la homogeneización, la deshidratación, ultrafiltración y microfiltración, lo que ha permitido desarrollar características específicas para su variedad, tales como: Reducir su cantidad de grasa, convertirla en polvo, adicionar componentes como la enzima lactasa. La historia de la leche nos ha acompañado en nuestro propio proceso de civilización. Sus beneficios y variedad se remontan desde tiempos muy antiguos. Actualmente, sus procesos de producción han evolucionado y nos permiten acceder a más y mejores productos lácteos. Y, lo más importante, sus beneficios enriquecen nuestra alimentación.