1. Ajos laminados para recetas al ajillo: es una de las formas más habituales de usar el ajo es laminar los dientes de ajo y freírlos para aromatizar el aceite.
2. Ajos enteros en asados y guisos en cazuela: los ajos enteros, son estupendos en recetas de asados de carnes y aves.
3. Ajos confitados: para que sean más suaves y no repitan, una buena técnica de cocina es la de confitar los ajos en aceite de oliva, mediante una cocción lenta y prolongada, hasta que queden suaves y melosos.
4. Cabeza de ajos al horno: es una forma original y sabrosa de utilizar ajos, se trata de cortar la cabeza de ajos por la mitad y asarla en el horno hasta que los ajos prácticamente se deshacen.
5. Ajadas y refritos para pescados: es el toque ideal para rematar un pescado asado como el pargo al horno con patatas.
6. Ajos crudos para disfrutar de su sabor: el ajo en crudo tiene un sabor picante y potente, que resulta muy agradable en muchas recetas.
7. El ajo en recetas tradicionales: hay tantas recetas tradicionales que comienzan con un sofrito o que utilizan el ajo como parte esencial de la elaboración que casi no sé por donde empezar.