El poroto tiene apenas seis razas madre, una de ellas es la "chilena", que es objeto de una investigación de la UCM que examina su diversidad y busca revitalizar su consumo.
Estamos comiendo más el poroto negro y el tórtola y si tenemos unas 200 variedades, algunas con más de 35% de proteína, entonces podemos perder diversidad, patrimonio y una buena fuente nutritiva.
Tratamos de entender cómo mejorar el cultivo de poroto con bacterias y distintos factores abióticos, como temperatura, sequía y salinidad, y validar el trabajo de laboratorio en el campo.
Sembramos muchas variedades, incluyendo sapito y mantequilla, tendremos mucho trabajo.
El objetivo es estudiar la raza "Chile", el centro de origen del poroto es Guatemala y México y de ahí durante miles de años se expandió hacia el sur, en ese proceso se formó la raza "Chile".
La raza "Chile" forma parte de la matriz "andina" de los porotos, que incluye a los tipos "Nueva Granada" y "Perú".
La raza chilena, junto a las de Sudamérica, tiene una particularidad que es el tamaño de la semilla, que es mucho más grande que las de Centroamérica y Norteamérica.
Con los análisis nutricionales que estamos viendo, detectamos varios tipos con un buen aporte nutricional, como la variedad "Palo", como le llama la gente acá, que tiene un 30% de proteína, bajos niveles de carbohidrato y compuestos antioxidantes interesantes.
Para cuidar la biodiversidad es necesario consumir este alimento, preferirlo por sobre variedades introducidas y cultivar uno mismo las semillas.
Los grandes agricultores igualmente podrían considerar la importancia de esta biodiversidad y producirla.