El ajo es una de las hortalizas más antiguas usadas por el hombre, extendiéndose al sur de Europa y llegando al continente americano durante la llegada y conquista de los españoles. El ajo posee un alto valor nutritivo y contiene muy pocas calorías, rico en vitamina C, vitamina B6 y manganeso. Disminuye niveles de colesterol y contiene antioxidantes que protegen contra el daño celular y el envejecimiento. Puede disminuir el riesgo de sufrir Alzheimer y demencia. El ajo cuenta con propiedades curativas, siendo un aliado de nuestro aparato digestivo, ya que nos ayuda a prevenir inflamaciones estomacales y favorece la eliminación de bacterias dañinas en los intestinos, cuenta con efectos diuréticos, causados por la acción de sus aceites esenciales y sus azúcares de bajo peso molecular, ayuda a reducir la presión arterial, gracias a que estimula la producción de ácido sulfhídrico, el cual relaja los vasos sanguíneos y mejora el flujo de la sangre en el organismo, ayuda a prevenir y reducir el endurecimiento de las arterias que dificulta la circulación, excelente diurético, facilitando la eliminación de líquidos y toxinas. En recientes estudios el ajo parece tener resultados especialmente buenos en la prevención de los distintos tipos de cáncer que afectan al tracto gastrointestinal.