El consumo diario de leche ha sido un tema de debate entre los expertos en nutrición y salud. La mayor virtud de la leche es el beneficio que aporta a nuestros huesos. Esta bebida es una fuente excelente de nutrientes esenciales, como proteínas, calcio, vitamina D, potasio y otros micronutrientes, todos cruciales para el crecimiento y mantenimiento de la salud ósea. El calcio y la vitamina D son particularmente importantes para la formación y el mantenimiento de huesos y dientes fuertes, y ayudan a prevenir la osteoporosis, una enfermedad que debilita los huesos y los hace más propensos a fracturas. Las personas que consumen leche regularmente tienen una mayor densidad ósea y un menor riesgo de sufrir fracturas. Además, el potasio ayuda a mantener la presión arterial en niveles saludables. El consumo recomendado de leche puede variar según factores como la edad, el sexo y el nivel de actividad física. Sin embargo, existen guías generales que pueden ser útiles para la mayoría de las personas. Por ejemplo, en niños y adolescentes es preferible que la cantidad no supere las 2.5 tazas (600 ml). Para los adultos, la cantidad ideal puede ser de 3 tazas, siempre y cuando no presenten intolerancia ni ninguna otra afección particular. Todo en exceso es malo, el mayor inconveniente asociado a la leche es la lactosa, un tipo de azúcar que muchas personas no pueden digerir adecuadamente debido a la falta de lactasa, la enzima que la descompone. Esto puede causar problemas digestivos como hinchazón, gases y diarrea.