El huevo es una excelente fuente de proteínas que contribuye a la pérdida de peso, el aumento de masa muscular, la reducción de la presión arterial y la mejora de la salud ósea.
La lecitina presente en la yema del huevo juega un papel crucial al estimular la producción de leptina en el organismo, mientras que la colina, otro nutriente clave, ayuda a regular el metabolismo de las grasas y a prevenir la resistencia a la leptina.
El huevo es un alimento altamente biodisponible, lo que significa que el cuerpo puede absorber y utilizar eficientemente los nutrientes que contiene, maximizando su valor nutricional.
El huevo aporta beneficios adicionales para la salud de la piel, el cabello y las uñas gracias a su contenido en biotina, y protege la visión mediante antioxidantes como la luteína y la zeaxantina, que previenen el daño ocular causado por la luz solar.
Comer un poco de proteína por la noche antes de dormir, unos seis gramos, que es el equivalente de un huevo, hace que el nivel de azúcar en la sangre se mantenga estable durante la mayor parte de la noche y regula la hormona del estrés.
El huevo es un alimento saciante y bajo en calorías, con aproximadamente 71 calorías por unidad.
Las proteínas son de alta calidad y contribuyen a reducir la sensación de hambre, acelerar el metabolismo y mantener estables los niveles de azúcar en la sangre durante la noche.
El huevo es una fuente rica en vitaminas A, B6, B12, D y E, así como en ácido fólico, un nutriente esencial para las mujeres embarazadas, ya que favorece el desarrollo cerebral del feto.
Los huevos son una excelente fuente de grasas saludables, especialmente ácidos grasos omega-3.
Este alimento contiene todos los aminoácidos esenciales, por lo que se convierte en una excelente fuente de proteínas.
Su contenido en luteína y zeaxantina protege contra la degeneración macular, una de las principales causas de ceguera relacionada con la edad.