El vino tiene esa gran capacidad de hacer de una comida, un momento feliz. Un vino bien elegido tiene la capacidad de resaltar el plato con el que lo degustamos mientras que una mala combinación puede echar a perder una comida, convirtiéndola en plana e insustancial. Tradicionalmente siempre se ha dicho que el pulpo "pide vino" debido a su naturaleza de sabores. Aunque habitualmente se pide vino tinto, quiero proponerte para el pulpo á feira, que lo pruebes con un godello, un vino delicado pero expresivo, que conquistará nuestros paladares, gracias a un excelente equilibrio entre alcohol y acidez, buena estructura y paladar goloso, como los que puedes encontrar en la D.O Monterrei. Si nos vamos a un pulpo a la parrilla, acompañado de patatas aromatizadas bien enteras o en crema, lo suyo será que miremos hacia un tinto joven que con su tanino conseguirá realzar en su justa medida la combinación de la brasa en su punto óptimo. Si optamos por tintos jóvenes gallegos su acidez resaltará a la perfección la características del pulpo, sobre todo si optamos por tintos de la D.O Rías Baixas, que te sorprenderán por su boca y cuerpo totalmente diferente a otros tintos jóvenes.