Hoy en día, los sumilleres recomiendan considerar diversos factores como pueden ser tipos de vinos, tipos de uva, estructura, etcétera en cuanto al vino, así como ingredientes, formas de cocinado, sabores… en cuanto al plato al que acompañan.
En realidad, la elección del vino más adecuado es una cuestión de gusto y paladar, aunque, en relación al orden en el que deben servirse, existe una regla general que conviene seguir: el vino blanco joven debe servirse antes que el vino blanco con barrica o crianza.
Normalmente, estos se servirán antes que los rosados y tintos, aunque no tiene por qué ser así.
Los vinos tintos jóvenes se servirán antes que los envejecidos, los ligeros antes de los más estructurados, y los secos antes que los dulces.
También existe una norma básica, relacionada con los colores, que para los no iniciados puede ayudar a elegir qué vino servir con cada plato: vino tinto con carne roja, vino blanco seco con pescado y carne blanca y postres con vinos dulces.
Aun así, se puede disfrutar igualmente una buena carne con algunos vinos blancos o pescados con vinos tintos.
Pero los sabores no se presentan de forma simple, ni en el vino ni en las comidas.
Así, los vinos ácidos se combinan perfectamente con comidas saladas o grasas y los vinos dulces, con comidas dulces.
En una comida o una cena de varios platos se puede optar por dos tipos de maridaje: servir un único vino que armonice con el plato principal, o bien maridar cada uno de los platos con un vino que armonice con cada uno de ellos.
En cuanto al orden en el servicio de los vinos la DOC Rioja, se sirve el blanco antes que el tinto, el joven antes que el viejo y el de menor antes que el de mayor grado alcohólico.