Al principio, es fácil que sueñes con donuts o cosas similares, sobre todo si eres de los que desayuna así o siempre acaba sus cenas con un postre. La falta de azúcar para estimular tu cerebro, hace que pienses más en alimentos dulces continuamente.
Poco a poco la cosa mejora y tu organismo comienza a experimentar todo tipo de beneficios. La insulina, la hormona que regula la glucosa, cae para volverse más estable.
Y aunque al principio puedas sentirte algo cansado, en pocos días estarás mejor.
La adrenalina aumentará, te ayudará a descomponer el glucógeno o azúcar almacenado en el cuerpo, y se liberará al torrente sanguíneo con rapidez.
Todo eso en menos de 24 horas.
En los 3 ó 5 días siguientes de empezar a dejar el azúcar, tu hígado producirá cetonas a partir de grasas ya que no hay más glucosa, la principal fuente de energía de nuestro cuerpo.
Es entonces cuando entrarás en cetosis o modo quema grasa.
Como resultado, puedes experimentar algún calambre muscular, dolores de cabeza y más fatiga -como ves es uno de los principales efectos que experimentará tu cuerpo al suprimir el consumo de azúcar-.
Esto te durará cerca de una semana, pero tranquilo, porque una vez que eso pase te sentirás mucho más enérgico, concentrado y tranquilo.