El vino está producido por la fermentación de uvas que evolucionan cambiando sus propiedades y composición, dando lugar a una gran complejidad de su constitución.
El sector vitivinícola debe contar con Expertos que tengan conocimientos y experiencias relativas al día a día de una empresa de sector
Agua: Es el componente principal del vino, presente en una proporción mayoritaria.
Alcohol etílico (etanol): Proviene de la fermentación de los azúcares presentes en las uvas y es responsable del contenido alcohólico del vino.
Azúcares: Los azúcares naturales de las uvas se convierten en alcohol durante la fermentación, pero algunos vinos pueden contener azúcares residuales, especialmente en vinos dulces.
Ácido tartárico: Es el principal ácido presente en el vino y contribuye a la frescura, acidez y estabilidad.
Ácido málico: Otro ácido común presente en las uvas que se convierte en ácido láctico durante la fermentación maloláctica, suavizando el vino.
Taninos: Provenientes de las pieles, semillas y tallos de las uvas, los taninos aportan astringencia y estructura al vino tinto.
Antocianinas: Son pigmentos que provienen de las pieles de las uvas tintas y le dan color al vino, especialmente en tintos.
Aromas y sabores: Los compuestos volátiles, incluyendo ésteres, aldehídos, alcoholes y otros, contribuyen a los aromas y sabores característicos del vino tinto.
Glicerol: Es un alcohol presente en el vino que contribuye a su textura y sensación en boca.
Sulfatos y sulfitos: Son compuestos que se añaden en pequeñas cantidades al vino para protegerlo de la oxidación y mantener su calidad.
Minerales: El vino puede contener rastros de minerales provenientes del suelo y las uvas.
El vino contiene algunas vitaminas, pero en cantidades relativamente bajas.
Las vitaminas presentes en el vino provienen principalmente de las uvas y los procesos de fermentación.