Las frutas son necesarias para nuestro organismo.
Nos aportan hidratación, múltiples vitaminas y nutrientes básicos, mejoran nuestro metabolismo y nuestra digestión y son, en resumen, un componente indispensable de una dieta equilibrada.
Priorizar el consumo de frutas de temporada es un factor que aporta más ventajas aún.
Las frutas cultivadas dentro de su ciclo natural de nacimiento y desarrollo, al no ser forzadas, conserva todas sus propiedades nutricionales y organolépticas, con lo cual, al ofrecer una experiencia gustativa óptima puede generar más apetencia.
Si consumimos fruta de temporada estimulamos la producción local, los agricultores nacionales tienen más trabajo, nosotros comemos alimentos de mayor calidad y el precio disminuye respecto a los productos importados que implican una cadena de comercialización.
El medioambiente se beneficia.
Al ser productos de proximidad hay menos gasto de combustible, pero además, se emplean menos conservantes, agua y energía.
Todos ganamos cuando los cultivos son ecológicos y sostenibles.
Cada fruto tiene su época de crecimiento y desarrollo natural.
Dicha época va por estaciones e incluso por meses.