Un caldo casero puede aguantar en perfectas condiciones 4 días en la nevera. Lo más recomendable es conservarlo en un bote o táper de cristal para evitar que se contamine de los sabores que aporta el plástico. Los 4 días que nos recomienda la nutricionista son válidos para caldos que hemos colado y no tienen más ingredientes. Y es que, cuando ya hablamos de sopa las cifras cambian un poco. Por ejemplo, si guardamos el caldo con pasta el tiempo es menor. Y no porque ponga en riesgo nuestra salud, más bien por la textura que adquiere la pasta tras muchas horas en contacto con el caldo. También se reduce el tiempo cuando lleva pescado, aunque solo sea un poco de carne que se ha quedado tras hervir unas espinas. Por el contrario, el tiempo no se reduce si hablamos de verduras, aunque el sabor sí puede apreciarse algo más intenso. Si cuatro días no es suficiente y lo que quieres es tenerlo siempre listo sin mirar el calendario, la mejor opción es congelarlo. Así podrás contar con ese caldo casero hasta cinco meses después de prepararlo.