La fabada es un plato típico asturiano que se prepara con fabes, chorizo, morcilla y panceta.
La noche antes de preparar la fabada, se ponen a remojo las fabes con agua mineral fría.
También se ponen a remojo el embutido y el tocino para que vayan desalando.
Al día siguiente, se escurren las fabes y se desecha el agua de remojo, y se ponen en una olla con cebolla, ajo, pimentón, azafrán y aceite.
Se cubren las fabes con agua mineral fría y se enciende el fuego vivo hasta que empiece a hervir.
Se espuma el caldo y se echa medio vasito de agua mineral fría para "asustar" las fabes y cortar la cocción.
Se incorpora el embutido y el tocino, y se tapa parcialmente la olla.
Se vigila que no falte agua y se añade agua fría o caliente según sea necesario.
Cada 15 o 20 minutos, se vigila el caldo y se mueve la olla para que no se deshagan las fabes.
En unas dos o tres horas, las fabes deberían estar tiernas, y si no lo están, se continúa con la cocción sin aumentar el fuego.
Se prueba de vez en cuando y cuando están tiernas, se añade la sal si es necesario y se deja reposar el guisado durante una hora.
Es mejor esperar al día siguiente para comerlo, y se sirve desechando la cebolla y la cabeza de ajo, y sacando la carne a un plato aparte.
Se adornan las fabes con un poco de perejil y se sirve individualmente en cada plato o en una sopera para que cada comensal se sirva lo que quiera.