Las carrilleras son ese corte de la carne que se encuentra a ambos lados de la cara del animal y son, por lo tanto, una carne grasa y rica en colágeno. Las carrilleras son gelatinosas y se deshacen fácilmente en la boca, aunque en muchos casos sus preparaciones nos lleven horas, e incluso días dependiendo de la temperatura de la cocción. Las carrilleras que más se utilizan en la cocina son las de ternera y las de cerdo, siendo las primeras más valoradas que las segundas. Las de ternera suelen pesar en torno a 400 gramos y tienen un tipo de carne tan delicada que se deshace en la boca. Es muy fácil de cortar y tiene un sabor muy potente, por lo que armoniza muy bien con el vino tinto. Las carrilleras de cerdo, por su parte, son menores que las de ternera, ya que pesan alrededor de 200 gramos, pero su carne es también muy suave, jugosa y de sencillo corte en comparación con otras partes de este animal. Como todos los cortes del cerdo, combina muy bien con la mayoría de ingredientes que se les quiera poner.