Detectar el fin de la fermentación es fundamental para obtener un vino de calidad.
El método más utilizado para saber cuándo ha finalizado la fermentación es la medición de la densidad.
Para ello, se utiliza un densímetro, un instrumento que mide la densidad del líquido.
Durante la fermentación, la densidad del mosto disminuye a medida que los azúcares se convierten en alcohol.
Una vez que la densidad se estabiliza, podemos decir que ha finalizado la fermentación.
Otro método para detectar el fin de la fermentación consiste en controlar la temperatura del mosto durante el proceso.
La mayoría de las levaduras utilizadas en la fermentación del vino tienen una temperatura óptima de trabajo.
El control visual es otro método para detectar el fin de la fermentación.
Durante el proceso de fermentación, el mosto se vuelve turbio debido a la presencia de las levaduras y otros materiales en suspensión.
A medida que las levaduras consumen los azúcares, el mosto se vuelve más claro.
Cuando la claridad del mosto se estabiliza, podemos decir que ha finalizado la fermentación.