El gazpacho andaluz es una sopa fría, ligera y veraniega.
Mientras que el gazpacho manchego es un guiso muy especial, muy consistente y con mucho sabor.
El gazpacho andaluz es una de las recetas más buscadas en Google en 2023 y una de las más emblemáticas de Andalucía.
Nace, como muchos platos tradicionales, como una receta de aprovechamiento donde los protagonistas son el tomate, el ajo, el AOVE, el vinagre, el pan duro, el pimiento verde y el agua.
El gazpacho manchego es un plato totalmente diferente, es un guiso contundente de caza.
Es más difícil encontrarlo fuera de Castilla-La Mancha, ya que su elaboración es más compleja y sus ingredientes principales incluyen carne de conejo, pollo, jabalí o ciervo, según la caza del día.
Se prepara con una pasta cuadrada y densa llamada torta cenceña o pan de ácimo.
El gazpacho blanco es un plato que genera polémica por su origen.
Algunos aseguran que fue el primer gazpacho, otros lo ubican en Málaga o en Almería, y hay quienes lo identifican directamente como ajoblanco o lo rebautizan como “ajoblanco de pobre”.
Esta receta brilla por su sencillez: es la que menos ingredientes lleva y, además, es versátil, ya que puede tomarse fría o caliente.
Almendras, miga de pan duro, vinagre y ajo son la base.
El andaluz es una sopa fría a base de tomate y verduras.
El manchego, un guiso caliente con carne de caza y torta cenceña.
El más extendido y conocido es el andaluz, aunque el manchego y el blanco tienen profundas raíces regionales.
No exactamente, se parecen, pero el gazpacho blanco no siempre lleva ajo, si se lo añades, se transforma en ajoblanco.