Bebidas azucaradas, comida rápida, dulces y golosinas, bollería industrial, helados, alimentos procesados, refrescos dietéticos, carnes procesadas, alimentos fritos, alimentos ricos en grasas saturadas.
Tanto los refrescos, como las bebidas alcohólicas y zumos, contienen grandes cantidades de azúcar añadido, lo que contribuye al aumento de peso, problemas de salud dental y riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2.
Hamburguesas, papas fritas y otros alimentos típicos de la comida rápida suelen ser altos en grasas saturadas, sodio y calorías vacías, algo que aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas y obesidad.
Los dulces, chocolates y golosinas contienen cantidad de azúcares refinados y grasas poco saludables.
Nos referimos a los pasteles, las galletas y otros productos que a menudo contienen altas cantidades de azúcares, grasas trans y aditivos poco saludables.
Los nutrientes que se encuentran en los helados suelen ser grasas saturadas, trans, colesterol y altos niveles de azúcar.
Muchos alimentos procesados, como algunas comidas congeladas, las sopas enlatadas y los embutidos, contienen altas cantidades de sodio, conservantes y aditivos que pueden ser perjudiciales para la salud a largo plazo.
Aunque se promocionan como alternativas más saludables a las bebidas azucaradas, los refrescos dietéticos pueden contener edulcorantes artificiales, los cuales se asocian con problemas de salud como la resistencia a la insulina y el aumento de peso.
Las carnes procesadas se someten a diversos procesos industriales, por lo que suelen contener altas cantidades de socio, grasas saturadas y aditivos químicos, lo que puede aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas y otros problemas de salud cuando se consumen en exceso.
Alimentos como las patatas fritas, el pollo frito y los aperitivos empanizados, suelen contener altas cantidades de grasas trans y saturadas, las cuales aumentan el riesgo de enfermedades cardíacas y obesidad.
Productos como la mantequilla, la crema de leche y ciertos tipos de carne roja pueden ser ricos en grasas saturadas, que pueden aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas si se consumen en exceso.