El pescado de mar contiene más aminoácidos libres que sus compañeros de agua dulce o los animales terrestres.
La profesión por excelencia de Tossa de Mar siempre ha sido la pesca, y a ello ha contribuido el hecho de que la localidad nació, creció y aún hoy sigue desarrollándose a orillas del litoral.
Pero había piezas que no podían vender, sin embargo.
Y cuando eso ocurría, cuando un pescado salía defectuoso, lo llevaban a casa y lo degustaban con sus familiares.
Fue así, de hecho, como nació cim i tomba, o eso asegura una de las mil versiones de las leyendas que rodean a este manjar.
Una vez en casa se hacían con verduras, sal y alioli, y elaboraban lo que, con el paso del tiempo, ha acabado por ser conocido como el alimento típico y el más laureado de la localidad.
Algo difícil de pronunciar para algunos, y una receta sencilla pero sabrosa que todos, sin embargo, digieren con suavidad, lo que se esconde tras este plato no es más que el resultado de unir en una sola cocción patatas y cebolla, rape y esa ración desechada de pescado.
El cim i tomba es, por tanto, un alimento primario vestido de guiso sencillo; un plato tan jugoso como contundente que no exige mucho tiempo de preparación.
Y es que el tipo de verdura y de pescado que se emplee para elaborarlo puede variar a voluntad y según los gustos, si bien nunca pueden faltar ninguno de los dos; como tampoco el alioli y la sal, por cierto, ingredientes con los que se sazona el menú.
Para prepararlo hay que empezar con coger una sartén, olla o cazuela y sofreír en su interior el aceite y la cebolla, el tomate y los ajos y el resto de las verduras que se desea comer.